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Boletín de novedades de El Arka

 
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GIOVANNI PICO DELLA MIRÁNDOLA, PRÍNCIPE DE LA CONCORDIA (Mirándola 1463-Florencia 1494)


DISCURSO SOBRE LA DIGNIDAD DEL HOMBREpico della mirádola
"No te dimos ningún puesto fijo, ni una faz propia, ni un oficio peculiar, ¡oh Adán!, para que el puesto, la imagen y los empleos que desees para ti, esos los tengas y poseas por tu propia decisión y elección. Para los demás, una naturaleza contraída dentro de ciertas leyes que les hemos prescrito. Tú, no sometido a cauces; algunos angostos, te la definirás según tu arbitrio al que te entregué. Te coloqué en el centro del mundo, para que volvieras más cómodamente la vista a tu alrededor y miraras todo lo que hay en ese mundo. Ni celeste, ni terrestre te hicimos, ni mortal, ni inmortal, para que tú mismo, como modelador y escultor de ti mismo, más a tu gusto y honra, te forjes la forma que prefieras para ti. Podrás degenerar a lo inferior, con los brutos; podrás realzarte a la par de las cosas divinas, por tu misma decisión." (Fragmento extraído de la web "Antología de textos herméticos")

Selección:

cabezaRASGOS BIOGRÁFICOS

Pico della Mirandola es uno de esos personajes extraordinarios del que , en términos generales y como ocurre con tantos otros, se habla de él pero no se le escucha, como si su pensamiento fuera parte de un pasado, que la idea de progreso establece como algo superado. Tal la mentalidad moderna. Aunque pocas de sus obras que se encuentran traducidas al castellano, si lo está su "Discurso De la Dignidad del Hombre", y este constituye una síntesis de su pensamiento y de una enseñanza de la que somos herederos y cuya esencia se encuentra afirmada en el "Conócete a ti mismo" de Delfos. La publicación de estas poesías es un tributo a este integrante de la cadena aúrea.. Agradecemos a Magherita Mangini, que ha realizado esta tarea con generosidad y paciencia a pesar de la díficultad que ello conlleva.

Para esbozar una pincela de los "rasgos biográficos" del Príncipe de la Concordía citaremos un breve fragmento del capítulo dedicado a él en el libro "La Cábala del Renacimiento. Nuevas Aperturas" de Federico González y Mireia Valls. (Integramente publicado en internet )

".... (...)que se sintetizaba en sus 900 Proposiciones, en donde a pesar del caos aparente de textos enunciados desde distintos planos y perspectivas, puede advertirse un cierto ordenamiento secreto, un poder que mantiene estructuras mutables, como las mareas lo hacen con el mar.

(....)

Por otra parte caímos en la cuenta de que estas proposiciones no eran del todo comprensibles sin su prólogo, el Discurso De la Dignidad del Hombre que las introduce y determina. Y que según comprendimos era la clave y esencia de lo que había sido Pico, no sólo para la Cábala, sino en el pensamiento italiano renacentista y la cultura occidental: un auténtico personaje fabuloso, pese a que la historia de las culturas e ideas y su mezquindad, respecto a lo que no se comprende, con la que nosotros también estamos programados, pusiera –y actualmente ponga– cortapisas sórdidas, formales y lógicas, a tanto genio y generosidad.

Por lo que no sólo la Oración representa la totalidad del pensamiento del señor della Mirandola sobre la Cábala sino asimismo sobre hermetismo, filosofía, magia, teúrgia, metafísica, aritmosofía, etc. con el agregado de vislumbrar y comprobar en sus investigaciones la concordia entre la totalidad de las ciencias y artes a las que tuvo acceso comenzando con las filosofías de Aristóteles y Platón. Y éste ha sido el aporte original del Fénix de su tiempo, no sólo para Italia sino para el pensamiento occidental en esta fase de su construcción, el primer Renacimiento, una época tan luminosa como fatídica ya que es asimismo el introito a la modernidad, su disociación y pérdida de conceptos y sentido."

glifo sol

cabezaXVI

Ecco doppo la nebia el cel sereno
che invita li uccelletti andare a schera;
ecco la luce che resplende ove era
di caligine opaca dianci pieno.

Afligicemo, Invidia, aspro veneno
a cui t'alberga! abassa la tua altera
testa, ché chiunque affine in Dio non spera,
presto ne veni ogni sua forza al meno!

Carità cun Iustizia e intera Fede,
che sempre furno a me fide compagne,
secur mi fan de chi fra via m'assale

e mentre el cor, ch'è in me, da lor se vede

acompagnato andar, poco gli cale
di che altrui rida, o di che alcun si lagne.


XVI

He aquí después de la niebla el cielo sereno
que invita a los pajaritos a volar;
he aquí la luz que resplandece donde antes
la bruma opaca lo llenaba todo.

Tortúrame, Envidia,  áspero veneno
para quien te alberga! Baja tu altiva
cabeza, qué quién al fin no tiene fe en Dios,
todas sus fuerzas vienen pronto a menos!

Caridad con Justicia y total Fe,
que siempre fueron fieles compañeras,
me protegen de quien me asalta en el camino
y hasta cuando mi corazón, que está en mi, se vea
acompañado de ellas, poco le importa
que otro ría, o que alguien llore.

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cabezaXXIX

Tolto me ho pur davanti agli ochi el velo
per cui bon tempo no mirai ben dritto
e mi celò le carte ove è descritto
per qual strata ir se può presto nel celo.

E vedo ben che può mia fede in zelo
presto mutar quel ch'era già prescritto,
né mai perdon disopra fu desditto
a l'uom, pur che nel mal non cangi el pelo.

Et io ne son exempio al popul tutto,
che, cun lor caminando, in breve spazio
al commun precipizio era condutto.

Nel fin gridai, del vanegiar già sazio:
– Perdón, – e di tal voce nacque un frutto
che l'alma trasse dallo eterno strazio.

XXIX

De los ojos me he quitado el velo
por el que no miré recto por mucho tiempo
y me ocultó las cartas en las que se describe
por cual vía ir se puede pronto al cielo.

Y veo bien que puede mi fe en el cielo
pronto mutar lo que ya estaba escrito
jamás perdón de arriba fue desdicho
al hombre, siempre que no envejezca en el mal.

Y de esto soy ejemplo para todos,
que, con ellos caminando, en breve
al común precipicio era llevado.

Al fin grité, del vagabundear ya harto:
– Perdón, – y de tal voz nació un fruto
que sacó al alma de la eterna pena.

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cabezaXXX

Spirto, che reggi nel terrestre bosco
i nostri piè per questo cal selvagio,
guarda, quando serà fornito el viagio,
non dica el tuo Factor: – Non te conosco.

Io ti fei puro e bianco et orsei fosco,
da caligine operto è ‘l vivo ragio;
pascer ti volse non di querci o fagio
ma d’ambrosia, e da un angue hai tolto el  
tòsco.

Sordido sei e maculato e cieco,
e piú mi sdegno essendo tu nostra opra:
però parte nel ciel non avrai meco. –

Dunque mentre gli piace che ti copra
questo mio vel, deh fa che sempre seco
esser possàn nel regno là di sopra.

XXX

Espíritu, que riges en el terrestre bosque
nuestros pies por esta vía salvaje,
mira, cuando se habrá cumplido el viaje,
no diga tu Hacedor: – No te conozco.

yo te hice puro y blanco y eres oscuro,
de bruma está cubierto el vivo rayo;
nutrir te quise no de roble o haya
sino de ambrosía, y de una sierpe has         
quitado el veneno.

Sórdido eres y maculado y ciego,
y más me indigno siendo tu nuestra obra:
mas en el cielo no estarás conmigo. –

Pues mientras que le guste que te cubra
este mi velo, haz que siempre con él
podamos ser en el reino de arriba.

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cabezaXXXII

Se ellecto m’hai nel cel per tuo consorte,
Segnor, fa’ non mi tenga Amor piú a bada,
né per me indarno aperta sia la strada
del cel e de Pluton rotte le porte.

Sai come sopra noi regna la Morte,
come el dí sette volte el iusto cada,
come un piacer terreno ai sensi agrada,
come io son fral, come’l nemico è forte.

Tu sai, Signor, che me su la tua stampa
formasti con mirabil magistero
e spirasti nel volto a me la vita;

donque d’amor, di fé el mio core avampa
e cercami, s’i vo fuor del sentero,
come un pastor la peccora smarita.

XXXII

Si me has elegido en el cielo como consorte,
Señor, haz que no tire Amor más la rienda,
ni que en vano se abra el camino
del cielo y de Plutón rotas las puertas.

Sabes que sobre nos reina la Muerte,
que al día el justo cae siete veces,
que un placer terrenal halaga los sentidos,
que yo soy frágil, y el enemigo es fuerte.

Sabes, Señor, que sobre tu molde
me formaste con admirable magisterio
y me soplaste en el rostro la vida;

pues de amor, de fe mi corazón enciende,
y búscame, si salgo del sendero,
como un pastor a la oveja perdida.

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